ACEITE ESENCIAL DE TOMILLO ROJO (Thymus vulgaris)

Thymus, palabra latina prestada del griego Thýmos, que se parece mucho a la palabra utilizada para hablar de valor, coraje, brío y vitalidad. También se relaciona con Thýon, árbol oloroso. Y Thýos, bosque que desprende aromas. El Tomillo pertenece a la familia de las Lamiaceaes.

En el antiguo Egipto conocían sus propiedades antisépticas y conservantes y lo usaban para embalsamar y desinfectar aposentos. Los romanos se bañaban en agua de tomillo antes de entrar en batalla y consideraban sagrados los campos donde crecía esta maravillosa planta.

El Tomillo entraba en la composición del llamado ramillete de los dioses, compuesto por:

  • Romero (símbolo de inmortalidad y prosperidad)
  • Menta (hospitalidad y felicidad)
  • Hisopo (purificador y sagrado)
  • Tomillo (valor)

Seguían normas específicas y rituales para recoger estas plantas. Al alba cogían las ramas de Romero, Menta y Tomillo. El Hisopo lo recogían de noche. El ramo en cuestión se ataba con tres hilos de cada hierba trenzada y se colgaba de las puertas de la casa para atraer la felicidad y la salud.

El Tomillo comienza a crecer en las primeras fases de la primavera y nos enseña como sobrevivir al venir a la vida (todas los animales y plantas se comportan de un cierto modo y adquieren un proceso existencial de respuesta a su medio). El Tomillo desarrolla una fuerza especial (influida por Marte, Mercurio y Venus), que a nivel bioquímico, durante el proceso de destilación forma timol, un principio activo con gran capacidad energética y combativa, estimulante del sistema inmune y nervioso. Gran aniquilador de ciertos patógenos como virus y bacterias.

El Tomillo rojo es muy puro y concentrado. Es confortante y activo. Puede ser muy irritante y hay que usarlo con precaución. Es un gran bactericida, desinfectante y estimulante. Se usa para una gran cantidad de afecciones terapéuticas. Es un Aceite Esencial muy visceral.

Como planta mercurial representa la facultad racional y de comunicación rápida y eficaz. Nos ayuda a establecer una comunicación fluida y rápida entre los órganos del cuerpo y la mente. Nos ayuda a bajar a tierra en sentido empírico, en coherencia física. Nos ayuda a exteriorizar lo que se llevamos dentro y nos hace daño. Permite tomar conciencia del problema para entender nuestro comportamiento. Nos hace comprender nuestro modo de actuar ante determinadas situaciones donde nos sentimos incómodas o intuimos que algo falla.

Robbi Zeck en su maravilloso «Aromaterapia para la curación» nos ofrece practicar con el Aceite Esencial de Tomillo, el barómetro emocional: dinámico-impotente.

Una ducha por la mañana con dos ó tres gotas despeja y serena el cuerpo y la mente. Además activa los órganos sensoriales (vista, oído) y de comunicación (lenguaje, mercurio) de un modo superior. Muy útil en personas que realizan esfuerzos excesivos de índole mental (profesores, terapeutas, pacientes, etc).

Si tienes curiosidad por aprender como utilizar correctamente los Aceites Esenciales y descubrir todo su potencial, en Abril comenzamos el curso presencial.

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