Jabones artesanos

Hacer jabón es mágico. La primera vez quedé fascinada y sorprendida de lo gratificante que me resultó la experiencia. Me sentí una alquimista. Preparada con mi libro de jabones, con mi delantal, mis gafas protectoras, mi tabla de porcentajes de saponificación, mis aceites vegetales, mis aceites esenciales, mis moldes… Me encantó ver como la mezcla iba cambiando hasta hacerse cremosa y densa. Enmoldar. Esperar el tiempo de solidificación. Desenmoldar. Cortar. Dejarlos curar… Y a los dos meses ver el resultado final. Envolverlos, ponerles su etiqueta. Me enamoré de cada trozo. La ilusión de regalarlos… La gratitud infinita de haberlos creado.

Poco a poco fui especializando mis fórmulas y dando espacio al sentir de mi intuición. Me encanta formular y tengo mi propio diario donde anoto cada jabón que imagino y sueño. Programo mi agenda en función de la fase lunar más adecuada a cada elaboración y ese día lo dedico exclusivamente a hacer jabón. Hacer alquimia.

Para hacer alquimia y un excelente jabón natural es muy recomendable utilizar materia prima de primera calidad. Exalta el producto final. Los aceites vegetales deben ser de primera presión en frío y los aceites esenciales puros. Colorantes naturales. Trabajar las maceraciones. Yo a veces dejo instilar cáscaras de cítricos durante meses en aceite de oliva extra-virgen o sumidades florales de lavanda, romero, tomillo… Que más tarde filtro y con estos macerados hago los jabones. El resultado es un jabón tremendamente «vivo» súper hidratante. Con unas propiedades cosméticas capaces de sanear la piel de forma profunda.

¡La mejor manera de comprobarlo es probarlos!

Jabón de INVIERNO con CIPRÉS Y RUDA

Limpieza profunda
En STOCK hasta agotar existencias

Jabón de LAVANDA

Sensibilidad
Para las pieles más reactivas
AGOTADO

Jabón CÍTRICO

Hidratación. Luminosidad.
AGOTADO