
Reflexoterapia holística
Publicada: 21 noviembre 2020
«Cuando una mujer tiene la sensibilidad congelada, cuando ya no se percibe a sí misma, cuando su sangre, su pasión, ya no llegan a las extremidades de la psique, cuando está desesperada, una vida de fantasía es más agradable que cualquier otra cosa que ella pretenda lograr»
(Clarissa Pinkola Estés, La mujeres que corren con los lobos)
Nacer. Nacer es un trance, un pasaje a la vida. Como enfrentamos y vivimos nuestras propias experiencias quedará grabado en nuestra alma, nuestro cuerpo y nuestra propia herencia. Como huellas en nuestro camino, de nosotras depende la vida que queremos recordar, transitar y trasmitir. Florecer o sobrevivir.
La luz del corazón es un resplandor suave que calienta y reconforta sin quemar ni destruir. En los momentos de oscuridad te re-cuerda que la vida es aprendizaje y evolución.
Cambiar no es un camino fácil, requiere de voluntad y constancia para superar la inercia y el hábito.
¿Cómo se desarrolla esta alquimia?
Las sesiones presenciales integran:
¿Qué nos aporta este tratamiento con Aceites Esenciales?
Claridad para ver, corregir y soltar patrones de comportamiento y creencias que limitan nuestra expresión auténtica y personal. Indagar las causas emocionales, mentales y espirituales que experimenta el alma y el cuerpo, y cómo estas experiencias pueden permitirnos el crecimiento personal. Aporta visión sobre los procesos internos y sus mecanismos. Nos permite volver a unir aquellas partes de nosotras que sentimos e intuimos separadas y que nos impiden avanzar hacia nuestros objetivos personales para vivir desde la coherencia. Recuperar el bienestar.
«Todos y cada uno de los Aceites Esenciales tienen una historia. Sus expresiones simbólicas mejoran la capacidad para sentir y ver nuestra vida de formas diferentes. Nos permiten florecer»
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