Aromaterapia Sublime para SAMHAIN

La misma gota que golpea la piedra, en invierno es un fastidio y en verano un alivio. Desde aquí invoco conjuros que ninguna Musa podría cantar o soñar… En este día que precede a tu noche, con mi Alquimia tiendo puentes hacia ti. Reconozco tu rostro de luz y tu cuerpo de sombra. Entre nosotras estás. Te honramos al verte llegar. El Halo de tu corona es Sol Ardiente. El glifo de tu Luna es el Alma de mi Vientre. Las letras en tu piel levantan al hermano Viento del Norte que con su canción desafía esta comodidad. Ves mi Libertad y como una gota en la llaga, la cuestionas para que se alce y queme. Las Lágrimas de tus ojos son Medicina Sagrada que pudre la seguridad que miente. Vuelves tu rostro y grabas en mi corazón la intuición de lo que está encerrado. Inhalo tu perfume arcano, ese que por ser Mito la mente profana. Pero aquí amada Hechicera el tiempo se detiene y el Aliento perfumado retorna a su Matraz…

La estirpe de Hécate está viva. Su viaje ha sido largo. Abro los goznes de la Puerta de Hierro, aquella que muestra el rostro de tu Bruja alquimista, aquella donde la Mujer vestida de tus aromas encuentra su Paz interior.

Para celebrar este cierre de fin de ciclo, os propongo dos sinergias muy especiales. Una para poner en el difusor o Matraz y otra para cubrir la piel de vuestro cuerpo.

Las dos están pensadas para acompañarnos a transitar momentos de soltar y de limpiar.

La sinergia atmosférica:

  • Hidrolato de Lavanda
  • Aceite esencial de Cedro
  • Aceite esencial de Raíz de Angélica
  • Aceite esencial de Mirto

Los Hidrolatos son grandes limpiadores, tanto a nivel ambiental como terapéutico. En esta ocasión el de Lavanda nos ayuda a penetrar el silencio con equilibrio y confianza. El Aceite Esencial de Cedro nos ayuda a «abrir consciencia» sobre procesos que nos pesan, nos limitan y nos restan energía. Sobre todo aquellos que heredamos de nuestros antepasados, tanto de familia materna como de familia paterna. Nos ayuda a tomar las riendas desde la aceptación, con coraje y flexibilidad. Nos aporta la perseverancia necesaria para atrevernos a extender las alas en busca de nuevos horizontes. Coger las riendas y control de nuestra vida. (El templo del rey Salomón estaba construido de madera de Cedro, así transmitir fortaleza, nobleza y dignidad. Se dice que Noé puso a arder Cedro y Mirto, como ofrenda de agradecimiento por haber sobrevivido al diluvio universal. En el horóscopo Druida el Cedro esta figurando como símbolo del arte, religión y confianza). El Aceite Esencial de Raíz de Angélica limpia el espacio que nos circunda y desde antiguo se le atribuyen poderes para proteger de encantamientos. Es un gran revitalizante, que refuerza el corazón y el sistema inmune. Aumenta nuestra resistencia frente a los estados de fatiga o debilidad. Es un gran restaurador de la confianza en las leyes de la vida y nos reconecta con energías elevadas. El Aceite Esencial de Mirto ilumina en los momentos de oscuridad. Es símbolo de belleza, armonía y bienestar. Alegría de vivir. Nos ayuda a conectar con nuestra Llama interna, nuestra Belleza interior. Nos ayuda a liberar dependencias y dejar atrás sentimientos como la intolerancia, la envidia, la desesperación y el miedo a la muerte. El Mirto está repleto de simbología, sobre todo relacionada con el amor, la belleza, pureza y paz, ya que según la mitología Venus escogió esta planta para proteger su desnudez cuando emergió de la espuma del mar. Relacionado con la feminidad, la fecundidad, la pasión sensual, el amor casto e inocente y el amor conyugal (en Inglaterra era común confeccionar los ramos de novias con mirtos, con sus ramas se tocaban los corazones de los recién casados para propiciarles una feliz vida conyugal).

La sinergia corporal:

  • Aceite vegetal de Jojoba
  • Aceite esencial de Salvia Sclarea
  • Aceite esencial de Gálbano
  • Aceite esencial de Hamamelis
  • Absoluto de Violeta

Esta maravillosa sinergia corporal es muy especial. Nos envuelve la piel en un aura misteriosa, profunda y muy terrenal. Nos ayuda a transitar este momento bien enraizadas. Despierta en nosotras la conexión con el Elemento Tierra desde nuestra propia tierra (cuerpo-templo). El Aceite vegetal de Jojoba hidrata y suaviza. No deja rastro graso, permite que la mezcla de aromas de los aceites esenciales se realce. Y deja la piel lustrosa. El Aceite Esencial de Salvia Sclarea equilibra nuestro sistema hormonal, depura toxinas acumuladas en la zona de vientre y cadera. Es nuestro contacto con mamá a un nivel celular. Nos permite «aclarar» las vivencias de experiencias tanto emocionales como corporales. Es nuestra sabiduría de mujer más visceral. El Aceite Esencial de Gálbano es la conexión con las raíces de nuestro mundo terrenal y orgánico. La raíz de nuestros pies pero también de nuestra mente. Ayuda a flexibilizar tanto las articulaciones como el rigor mental. Nos confiere seguridad y sensación de arraigo. El Aceite Esencial de Hamamelis, también conocido como «escoba o avellano de bruja». Es un aroma de invierno, ya que la planta florece durante esta estación y perece en primavera. Este aceite cuida y limpia nuestra sangre. Es un gran calmante. Que nos evoca la infancia y nos permite llevar paz a aquellas partes de nuestro cuerpo y psique que siguen alteradas por alguna experiencia dolorosa o traumática. Nos ayuda a liberar. Cerramos esta sinergia con el Absoluto de Violeta, que reconforta y calma el corazón que está en duelo. Calma la excitación y despierta la consciencia del cuerpo sutil. A la vez que despierta el amor en nosotras.

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