Alquimias y tratamientos

El nacimiento de Venus-Afrodita

«Afrodita, bella y bendita. Toma este cuerpo, duro como el hielo y transmútalo en carne y fuego. En mi tierra, en mi cielo, me entrego el amor que más anhelo»

Cito a Germaine: “Para sanar lo femenino a nivel planetario debemos comenzar por sanar nuestra propia herida. Cada mujer lleva una herida profunda que arrastra, por ser parte del inconsciente colectivo, desde sus antepasadas más lejanas. Hemos sido obligadas a ocultar, reprimir y en el peor de los casos, olvidar nuestros dones más preciados: la intuición, la sanación natural, el respeto por nuestro cuerpo y sus ciclos, nuestra conexión con la Naturaleza y el Cosmos, los vínculos con nuestros espacios sagrados genitales y corazón. Felizmente todo ello aún duerme en nuestra psique y espera ser despertado”.

Comparto esta visión sobre la herencia que como mujer traigo, traemos. Y siento profundamente dentro de mí que gran parte para la evolución de esta sociedad mundial que hemos creado pasa por revisar estas heridas. No solo femeninas, también las masculinas. Desde muy jovencita sufrí estas heridas en mí. Las heridas sexuales. Mi camino recorrido fue todo un proceso personal alquímico de motivación, superación y despertar. Este camino a su vez me ha permitido acompañar a otras mujeres en sus experiencias personales. Todo en conjunto me enseñó a mirar el pasado en el presente para encontrarme con un amplio campo de procesos que deben ser revisados desde una mirada diferente. Es este camino de restaurar la pureza de la energía femenina desde donde yo aporto y entrego mi experiencia. Depurar esta herencia que traemos.

Somos un conjunto, una sinergia de procesos mentales y sensoriales que no siempre comprendemos. Destejer los mecanismos autómatas, generados por impulsos viscerales, y su repercusión en nuestro sistema hormonal y nuestra mente. Mirar nuestras huellas genéticas y sensoriales sin miedo y abiertas.

El inconsciente es capaz de alumbrar e iluminar procesos cognitivos de una complejidad enorme. A veces creemos que las decisiones las tomamos desde la consciencia, y no es así. En el inconsciente se albergan cantidad de datos listos para ser utilizados en cualquier momento. Cuando afloran tendemos a llamarlo INTUICIÓN. Los Aceites Esenciales nos ayudan a alumbrar estos procesos, a desvelar la sabiduría que somos.

Somos capaces de compartir, disfrutar y gestionar cada instante de la vida por dura que a veces se nos presente. Sin juicio, sin castigo. Libres.

Desentrañar los misterios de la «personalidad» implica comprensión, desarrollo y expansión. Este proceso requiere pensamiento, reflexión y la acción apropiada. Una consciencia de relación profunda con tu día a día. Metodosofía personal para interpretar los signos sobre los que aparecen las experiencias que vivimos. Un proceso en Espiral de purificación y refinamiento del Cuerpo, la Mente y el Alma.

Una investigación entregada al Conocimiento y la integración de aquello que se aprende. Alcanzado, la adepta progresa hacia la Alquimista en sabiduría y realización.

La Alquimia Aromática puede ayudarte a hacer visible lo invisible. Una puerta de acceso al mundo esencial. Liberada la información, la sustancia aromática ayuda a desplegar el Alma sobre el tejido del Cuerpo. Emoción y psiquismo comienzan su Destilación. A través del proceso el impulso vital se vuelve lenguaje. Descifrado:

  • Permite desarrollar una actitud de comprensión y aceptación sobre nuestras memorias y condiciones personales.
  • Acceder a nuestro Potencial interior.
  • Regenerar la energía instintiva.

Los tratamientos y la terapia alquímica con Aceites Esenciales nos permiten abrazar desde la sensorialidad estos procesos personales. A través de su lenguaje hacemos alquimia interior. Dar forma a estas experiencias y moldear estos procesos en el laboratorio aromágico del tiempo para liberar nuestra ESENCIA y transmutar nuestras heridas. La Aromaterapia Alquímica nos muestra el lenguaje del alma a través de:

  • Presencia terapéutica
  • La Esencia del Alma. El Alma en Esencia.
  • Construir puentes entre la sabiduría, la mente y la intuición.
  • Diferenciar pasado y presente.
  • Diferenciar la niña interior y psiquismo infantil.
  • Desaprender el dolor y los mitos sobre el género y las diferencias.
  • Responsabilidad sobre nuestros actos y sentimientos.
  • Cambiar la prisa por el dinamismo.
  • Dejar de sobrevivir y comenzar a florecer y «fluorecer».

Para recorrer este camino traigo hasta ti, estas TERAPIAS SUBLIMES